Futuro

Estando sentado en aquella vieja silla, el tiempo se detenía, plasmando la realidad que se escondía tras el. No era mucho lo que divisaba en el horizonte, o quizás mas

de lo que pensaba. Calcular siempre es un echo subjetivo del que cuenta. Pensaba en que hice bien y que no hice, descartando que hice mal, ya que si algo hice no fue mi intención. Aunque se me ocurrieron ciertas cosas buenas, lo que sorprendió era todo lo que no había echo. Mientras el segundo sol seguía cegándome, el pensamiento de no haber aprovechado la oportunidad de conocer otros planetas, otros mundos, de no llegar a saber como era un Heox, me corrompía, me dañaba. Recuerdo cuando la tierra aun existía, cuando el aire era respirable y no me dolía el cuello por el Cernex que me permite seguir sentado en mi silla. Aquella tarde el cielo tenia un verdor distinto al de otros momentos. Para mi y mi silla es mucho mas placentero el amanecer dorado, que brilla sobre las montañas secas, que parece renacer el agua que algún día corrió por ellas. El agua es lo que mas echo de menos, pero no tuvimos opción, después de las guerras Tredias que enfrentaron a la poderosa Usoa, que englobaba lo que algún día fue Rusia, Asia y todo el mundo árabe oriental, con Pucria, en pleno declive tras el incidente nuclear que origino la desaparición de toda América. Cuando en tu vida el único destino posible para la supervivencia es huir, entiendes que vencer, no siempre es ganar. Y allí seguí en mi silla el resto del día, disfrutando de mi 235 cumpleaños….

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